Charlamos con la banda, que continúa presentando “Black Magig Gold”, su más reciente material.
Me podrían contar un poco, ¿cómo se encontraron? (considerando que no son todos canadienses) y ¿qué les dio Buenos Aires para crecer artísticamente?
Danny: No, no somos todos canadienses. Rylan y yo nos conocemos desde los doce años y somos de Canadá. Nos mudamos y estuvimos buscando músicos aquí, en Buenos Aires, en bares, en la calle y así sucedió. Nos fuimos encontrando con estos loquitos, y la banda así como la estás escuchando ahora está junta hace tres años. Ninguno es de acá, de Capital. Johnny es un porteño falso (risas). Ilan es de Misiones, Juan es de Puerto Madryn, Ben es de Texas. Rylan y yo nos conocemos hace diez años.
¿Cómo sería eso de ser un ‘falso porteño’?
Johnny: Nací acá, pero mi padre es diplomático así que crecí en Estados Unidos, viví hasta los dieciséis años en Nueva York y luego volví. Soy argentino.
Ilan: Mucha gente viene a saludarnos y nos habla en inglés porque no sabe que somos de acá. Es gracioso, está bueno, la gente le pone onda.
Danny: Nos encontramos a nosotros.
Ilan: La banda se terminó de armar acá y hay una escena, mucha gente de nuestra edad que le gusta el rock y eso es bueno.
Juan: Nos encontramos a nosotros mismos.
Danny: Además hay una buena movida acá, en Buenos Aires, se puede tocar casi todas las noches, de hecho a Ilan lo conocimos en un bar en el que tocábamos los lunes, a ellos los conocimos tocando en la calle (en referencia a Johnny y Ben). En Buenos Aires, al tener tantos lugares para tocar, vas conociendo artistas todo el tiempo y mágicamente nos conocimos en esta ciudad loca.
Juan: Es una puerta al mundo, un portal de Latinoamérica Buenos Aires, confluye todo acá. Es una referencia en América Latina, todo pasa por Buenos Aires.
Dos discos en dos años: ¿cómo viven el proceso tan creativo de la banda? ¿En qué crecieron en el segundo disco?
Johnny: Tenemos el problema que no tienen todas las otras bandas, porque tienen diez temas y ya hacen un disco. Nosotros tenemos un montón de canciones, demasiado.
Danny: El problema más grande que tenemos es elegir las canciones.
Johnny: Lo oscuro del proceso de elegir canciones bajo un concepto que sigan ese sentido.
Danny: O sea, una cosa que nosotros tomamos profundamente, más que nada Rylan, él cuando está componiendo las letras, el concepto es muy importante, entonces tenemos muchas canciones pero no todas pueden ir en el mismo disco porque son distintos conceptos y cada cosa es importante. Tenemos muchas canciones de diferentes estilos y es difícil como cerrar bien lo que se viene, tenemos para muchos discos.
Juan: Aparte de eso, tenés un ejército de solistas en realidad, ellos tiene sus discos solistas y son fabulosos y están constantemente generando material (Juan). Es un grupo de artistas, todos tocan, tienen proyectos y tienen escuela, ¿viste? Acá se juntó todo.
Danny: El primer disco, “Wornderfull Changes”, son una serie de canciones acústicas, que trajimos nosotros, justo cuando nos estábamos conociendo con todos ellos y eran canciones que habíamos escrito de muy chicos, en Canadá, algunas acá y se las mostramos y las trabajamos juntos ya hechas. El proceso de “Black Magic Gold” fue mucho más estar todos juntos trabajando, conociéndonos y la confianza va subiendo y hace que cada uno toque mejor. Wonderfull changes tenía todo un concepto en ese momento, el principio de algo muy lindo. Después de un año de conocernos, cuando empezamos a hacer el segundo disco ya era mucho más fluido, mucha más confianza entre nosotros y eso ayuda mucho en la sala, en el momento de crear, de probar cosas nuevas.
Ilan: Se grabó diferente también.
Johnny: El segundo disco está grabado completo en una tonalidad menor.
Danny: Más allá de haberse grabado de modo diferente, son dos conceptos distintos. “Wonderfull Changes” se grabó en una casa con cero pesos, una casa totalmente abandonada, colchones en el piso, todos los cuartos vacíos, al mejor estilo Led Zeppelin. “Black Magic Gold” fue grabado íntegramente en un estudio de grabación profesional, en un lugar muy lindo de acá de Capital.
Johnny: En la diferencia de ambos discos está la riqueza, el contraste y la dinámica de cada uno (Johnny).
Juan: Igual no le quita mérito a las canciones de “Wonderfull Changes”, que son hermosas. O sea, cuando lo escuchás te das cuenta de que son personas que se están conociendo, hay cosas tímidas. En el segundo está todo mucho más ajustado, está todo clavado. Vos pensá que ellos traen una data muy distinta respecto a lo que nosotros escuchamos y son profesionales tocando, no es una banda amateur bajo ningún aspecto y en los discos está ese testimonio: si tenés resto, ¿porqué no vas a tocar más? Si te da para tocar más, tocá el solo al palo. Por ejemplo en “Black Magic” todos tenemos solos, yo he visto muy pocas bandas en Buenos Aires que puedan hacer eso. Hay criterio. Y lo más importante es que nosotros somos como una familia, estamos 24/7 juntos. Cuando yo entré en la banda, cambió mi vida entera: cambiaron mis amigos, cambiaron las frecuencias, todo se acomodó en pos de eso y para cada uno de ellos es exactamente igual y esa unión, el saber qué va a hacer el otro, el anticipar movimientos es lo que termina dando el resultado de los objetivos.
El disco ya se presentó oficialmente en Capital Federal, ¿a dónde desean que los lleve “Black magic gold”?
Johnny: A todo el mundo. O sea, tenemos contactos, Danny y Rylan estuvieron en Canadá ahora, Los Ángeles (Estados Unidos), Ilan estuvo en Europa con otra banda, tenemos conexiones en esos espacios y ojalá podamos ensamblar. Tenemos ganas de hacer giras, movernos.
Juan: Tenemos la suerte de que no estamos limitados al mercado local, queramos o no, el anglo te abre un montón puertas.
Johny: Ya estuvimos en Mar del Plata, Córdoba, en La Plata.
Juan: Salimos a defenderlo al interior y nos encontramos con cosas hermosas, la respuesta es muy potente, gente de Córdoba y de otras provincias que escribe todas las semanas a la página para que vayamos.
Danny: La semana pasada hice una encuesta preguntando a qué ciudades tenemos que ir y la que más nos llegó fue Rosario, después fue Córdoba y luego, La Plata.
Pensando en sus influencias, ¿cómo definirían el estilo de Harm & Ease?
Rylan: Rock new age, (se ríen todos) modern and classic rock. Rock… ¿no puede ser sólo rock? ¿por qué no puede ser sólo rock? Cuando estemos muertos, cincuenta años adelante desde ahora será rock clásico. Así que es moderno, es rock moderno.
El disco comienza con la canción “Save me from myself” y no es casual que sea la última frase que se pronuncia en el disco, marcando una perfecta circularidad: ¿por qué habría que salvarlos de ustedes mismos?
Rylan: Estoy seguro de que muchas de las cosas que digo y que experimento conmigo mismo son un círculo perfecto. Es un círculo lleno de confusión.
La letra de la canción habla de una chica que conocí que me hacía sentir más yo mismo de lo que alguna vez me sentí y quería permanecer en ese estado y me de di cuenta de que era yo quien impedía desarrollar todo mi potencial. Creí que era ella quien podría darme la expresión y la fe para ser una mejor persona pero estaba equivocado, eso no es verdad. No puedes, nadie más puede salvarte de ti mismo, por eso pienso que es un círculo cerrado: yo creí que ella podía cambiarme (y lo hizo) pero sólo fue algo temporal. Todo el álbum trata de una ruptura amorosa, tratas de aferrarte a algo que pensaste que era puro y no lo es. Es hermoso como es, tóxico, mortal, triste. No tengo arrepentimiento, en ese momento, ella era todo para mí, luego era nada, ¿cómo manejas eso? Si alguien te hace feliz y luego te hace sentir tan enojado, tan triste, ¿cómo justificas eso? Eso sería toda la contemplación de vivir el momento, de no estar arrepentido del amor que tuviste y apreciarlo, aun si te lastima. Todavía no lo he justificado. Quería tener una canción al final del álbum que dé termino a eso pero no lo logré. Aún sigo distraído.
Johnny: Quizás sea que todos los artistas tenemos una cosa en la que somos el motor de nuestra creación y de nuestra destrucción en simultáneo. Esa quizás sea una respuesta, como que conviven las dos cosas, o sea, necesitás de esa locura para que te dé ese combustible loco a la creación pero a la vez, el exceso de esa locura puede destruirte.
Juan: Yo creo que el arte es libre albedrío igual, las canciones, las letras muestran eso.
Rylan: El hecho es que lo que yo espero cuando hago canciones es que cada uno se relacione a su manera, las internalice a su modo, las canciones no son sólo sobre mí, la gente le pone sentidos que yo no. Puedo escribir una canción que no signifique nada para mí, o puedo cansarme de cantarla pero si alguien más recibe algo de ella, lo hace sentir más feliz o más conectado, quizás no más feliz pero sí más conectado con sí mismo, eso me hace sentir mejor. Es tristeza, es rabia, son todo tipo de emociones que conectan. Las canciones tristes a veces me hacen feliz, es eso, de un modo raro. Allí es dónde siento que soy parte de algo. Es todo esto.
Juan: Para mí tiene un sentido más filosófico, si no te salvás de vos mismo, si te convencés con el que sos el día anterior, salvarte del que fuiste ayer, constantemente. Si creés que sos realmente el mismo que ayer, que antes de ayer, básicamente tu vida no tiene sentido, no creciste para ningún lado, nada nuevo aprendiste, nada nuevo cambiaste, no hay ningún nuevo conflicto en tu vida, no hay ningún nuevo quiebre que te haga renacer. Es un círculo vicioso.